Cómo Golova ayuda a mantener la calma cuando llegan los cambios de última hora
El proyecto está preparado. Todo aprobado: el presupuesto firmado, el equipo embalado, la salida programada para la mañana siguiente.
El equipo respira tranquilo. Por fin, un momento para descansar antes de otro día largo.
Y justo pasada la medianoche, se ilumina la pantalla del móvil — un nuevo mensaje del cliente:
“¡Perdón por la hora! Acabo de recordar — añadamos seis micrófonos inalámbricos más, por si acaso.”
Claro. Por supuesto. Solo seis micrófonos más.
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Los técnicos y el personal del almacén ya duermen — mañana toca madrugar.
El responsable de logística ya asignó los vehículos, todo está medido al minuto.
En el almacén, el equipo está embalado, etiquetado y listo para salir.
Los flightcases están alineados junto a la puerta.
Y tú, con el teléfono en la mano y una ligera ansiedad creciendo, empiezas a repasar mentalmente:
¿Quedan sistemas inalámbricos libres?
¿Tenemos bodypacks y receptores disponibles?
¿Está este mismo modelo reservado para otro proyecto?
¿No estaré provocando un conflicto con otro pedido?
Si todo esto sigue viviendo en Excel, en Google Sheets o en hilos interminables de chat, cada cambio de última hora se convierte en un campo de minas.
Una columna olvidada, un “creo que lo hablamos por WhatsApp” — y el equipo o no sale, o sale dos veces, o acaba en el lugar equivocado.
No es solo incómodo. Es un escenario de pánico nocturno, en el que nadie quiere estar… pero todos han estado.
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En Golova solo abres el proyecto y haces el cambio.
El sistema muestra inmediatamente la disponibilidad real para las fechas del proyecto.
Si un artículo ya está reservado, se marca en el bloque “Déficit”, para que sepas al instante qué necesitas reemplazar o subalquilar.
La lista de equipo se actualiza automáticamente: las nuevas posiciones aparecen tanto en el presupuesto como en la lista de salida.
Por la mañana, los técnicos y el personal del almacén verán la versión actualizada — sin hojas desactualizadas ni confusiones.
👉 Recomendamos imprimir la lista de salida justo antes del envío, no la noche anterior, para evitar trabajar con datos antiguos.
Y, aún mejor, realizar la salida directamente en el sistema, desde un móvil, tablet o terminal con escáner.
Así te aseguras de entregar exactamente lo necesario, con todos los cambios al día.
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El resultado: menos errores, menos estrés.
¿Cambios de última hora? Claro.
Pero sin noches sin dormir.